Clínica Universidad de los Andes / Médicos y Especialidades / Diccionario Médico / Detalle Diccionario Médico

Anemia

Actualización al 2025

La anemia se define como la disminución de la concentración de hemoglobina por debajo de unos límites considerados normales para un determinado grupo de individuos de la misma edad, sexo y condiciones medioambientales. Se objetiva, además, por la disminución de los glóbulos rojos en la sangre.

En otras palabras, la anemia es una condición médica común que se produce cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos, o cuando estos glóbulos rojos no contienen suficiente hemoglobina. La hemoglobina es una proteína rica en hierro, esencial para el transporte de oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo.

Algunas cifras indican que esta enfermedad afecta al 24,8% de la población mundial, con mayor prevalencia en mujeres en periodo menstrual activo.

El Centro de Cáncer de Clínica Universidad de los Andes aborda esta enfermedad en todas sus etapas, desde la detección precoz hasta el tratamiento, entregando un enfoque multidisciplinario, gracias al trabajo de médicos hematólogos, oncólogos, inmunólogos, patólogos y profesionales de enfermería especializados en el manejo de enfermedades de la sangre y del sistema inmunológico.

El equipo cuenta con tecnología de última generación para diagnóstico molecular, estudios genéticos y procedimientos.

Nuestro Centro ofrece además apoyo psicooncológico para el paciente y su familia. Entrega un acompañamiento continuo a nuestros pacientes durante su proceso de diagnóstico y tratamiento en hospitalizados y ambulatorios. 

¿Qué tipos de anemia existen?

Si bien existen muchos tipos de anemia, clasificados según su causa, los más comunes son:

  • Anemia por deficiencia de hierro (ferropénica): es el tipo más frecuente y ocurre por la falta de hierro, esencial para producir hemoglobina.
  • Anemia por deficiencia de vitaminas: causada por bajos niveles de vitamina B12 (anemia perniciosa o megaloblástica) o folato (vitamina B9), ambas necesarias para la producción de glóbulos rojos.
  • Anemia de enfermedades crónicas: asociada a inflamaciones crónicas, infecciones, cáncer o enfermedades autoinmunes, que afectan la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
  • Anemia hemolítica: se produce cuando los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que pueden ser reemplazados (hemólisis). Puede ser hereditaria o adquirida.
  • Anemia aplásica: es una condición rara y grave donde la médula ósea deja de producir suficientes células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos y plaquetas).
  • Anemia drepanocítica (células falciformes): un tipo de anemia hereditaria donde los glóbulos rojos adoptan una forma anormal, lo que dificulta su paso por los vasos sanguíneos pequeños y provoca destrucción de los glóbulos rojos.

¿Cuáles son las causas de la anemia?

La anemia puede ser causada por tres mecanismos principales:

  • Pérdida de sangre: Ya sea aguda (por ejemplo, una lesión o cirugía) o crónica (por ejemplo, úlceras sangrantes, menstruación abundante, o sangrado gastrointestinal).
  • Disminución o producción defectuosa de glóbulos rojos: esto puede deberse a deficiencias nutricionales (hierro, B12, folato), enfermedades crónicas, insuficiencia renal, problemas de la médula ósea o trastornos genéticos.
  • Destrucción excesiva de glóbulos rojos (hemólisis): causada por el propio sistema inmune, infecciones, toxinas o defectos en los glóbulos rojos (anemias hemolíticas).

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Ciertos grupos de personas o condiciones aumentan la probabilidad de desarrollar anemia:

  • Dieta deficiente: baja ingesta de hierro, vitamina B12 y/o ácido fólico.
  • Menstruación: las mujeres en edad fértil, especialmente aquellas con periodos menstruales abundantes, tienen un mayor riesgo de anemia ferropénica.
  • Embarazo: el aumento de la demanda de vitaminas y minerales para el feto y la placenta.
  • Enfermedades crónicas: la enfermedad renal, el cáncer, la enfermedad inflamatoria intestinal, o trastornos autoinmunes, también promueven el desarrollo de la enfermedad.
  • Trastornos intestinales: condiciones como la enfermedad celiaca o la enfermedad de Crohn, que interfieren con la absorción de nutrientes, podrían provocar anemia.
  • Antecedentes familiares: si hay historial de anemia hereditaria (como la drepanocítica), el riesgo es mayor.

 

¿Cuáles son los síntomas de anemia?

Los síntomas varían en función de la gravedad y el tipo de anemia, pero los más comunes incluyen:

  • Fatiga y debilidad extrema.
  • Palidez en la piel y encías.
  • Dificultad para respirar (disnea) o sensación de falta de airMareos o aturdimiento.
  • Dolores de cabeza.
  • Latidos cardiacos rápidos o irregulares (palpitaciones).
  • Manos y pies fríos.
  • Trastornos del sueño.
  • Alteraciones menstruales.
  • En casos graves, síntomas de insuficiencia cardiaca.

¿Es posible prevenir la anemia?

Muchos tipos de anemia son prevenibles, especialmente la anemia por deficiencia nutricional. Para esto, algunas recomendaciones a seguir con:

  • Dieta rica en nutrientes: esto implica consumir alimentos ricos en hierro (carnes rojas, legumbres, verduras de hoja verde), vitamina B12 (carne, lácteos, huevos) y folato (frutas, jugos, cereales fortificados).
  • Vitamina C: ingerir alimentos ricos en vitamina C (cítricos) ayuda a mejorar la absorción de hierro.
  • Suplementación: en casos de alto riesgo (como el embarazo o ciertas cirugías) o deficiencia comprobada, el médico puede indicar suplementos de hierro, B12 o folato.
  • Control de enfermedades crónicas: un manejo adecuado de enfermedades subyacentes puede prevenir la anemia.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico implica una revisión de los síntomas y antecedentes por parte del especialista, junto a un examen físico. Luego, se confirma con exámenes de laboratorio:

  • Hemograma completo: es la prueba principal. Mide la cantidad de glóbulos rojos, hemoglobina y hematocrito (porcentaje de volumen de sangre ocupado por glóbulos rojos). También mide el tamaño y la forma de los glóbulos rojos, lo que ayuda a identificar el tipo de anemia.
  • Frotis de sangre periférica: es un examen microscópico de las células sanguíneas.
  • Pruebas específicas: miden los niveles de ferritina (reservas de hierro), hierro sérico, vitamina B12 y folato.
  • Otras pruebas: en ciertos casos, pueden requerirse pruebas para evaluar el sangrado (como endoscopias) o una biopsia de médula ósea para evaluar su producción.

¿Qué tratamientos existen para la anemia?

El tratamiento depende directamente de la causa y la gravedad de la anemia:

  • Anemia por deficiencia nutricional: se pueden indicar suplementos orales de hierro, vitamina B12 o ácido fólico; inyecciones de vitamina B12 en casos de malabsorción; administración de hierro por vía intravenosa.
  • Anemia de enfermedades crónicas: a veces se utilizan agentes estimulantes de la eritropoyetina (hormona que estimula la médula ósea a producir glóbulos rojos).
  • Anemia por pérdida de sangre: puede ser necesaria una transfusión de sangre en casos de pérdida aguda o anemia muy grave.
  • Anemia aplásica: puede requerir transfusiones de sangre, medicamentos inmunosupresores o, en casos graves, un trasplante de médula ósea.
  • Anemia hemolítica: según la causa, puede tratarse con inmunosupresores, esplenectomía (extirpación del bazo) o transfusiones.

 

¿Qué esperar del tratamiento?

El pronóstico es generalmente bueno, especialmente para las anemias nutricionales, donde la corrección de la deficiencia y los suplementos suelen revertir la condición en pocas semanas o meses. Entre las principales expectativas, se pueden mencionar:

  • Mejora de los síntomas: la fatiga y la debilidad suelen comenzar a mejorar a medida que aumentan los niveles de hemoglobina.
  • Cambios en el estilo de vida: se pueden necesitar ajustes dietéticos o la toma continua de suplementos a largo plazo para prevenir la recurrencia, especialmente si la causa no es completamente reversible.
  • Casos complejos: en anemias graves (como la aplásica o la de células falciformes), el tratamiento es crónico y busca controlar la enfermedad y prevenir complicaciones.

¿Dónde la tratamos?

Centro de Cáncer

Aborda esta enfermedad en todas sus etapas, desde la detección precoz hasta el tratamiento, entregando un enfoque multidisciplinario.

Nuestro Centro ofrece además apoyo psicooncológico para el paciente y su familia. Entrega un acompañamiento continuo a nuestros pacientes durante su proceso de diagnóstico y tratamiento en hospitalizados y ambulatorios.

Hematología

La Hematología se encarga tanto del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la sangre, como del apoyo diagnóstico en las repercusiones hematológicas de las patologías sistémicas. Además, entrega apoyo terapéutico con hemoderivados, proporcionados a través del Banco de Sangre.

Entre las enfermedades hematológicas están aquellas que afectan la producción de sangre y sus componentes, y los que dañan el mecanismo de coagulación, como anemias, leucemias y trombopenias, entre otras.

Equipo médico

Dra. Paula Andrea Aedo Rojas

Hematología Adulto - Medicina Interna

Ver perfil

Dra. María Paula Undurraga

Medicina General

Ver perfil

Dr. José Tomás Gazmuri Barros

Hematología Adultos

Ver perfil

Dr. Javier Ernesto Zelada Bacigalupo

Hematología

Ver perfil
VER TODOS ver todos los glosarios

Comparte

icono whatsapp icono facebook icono twitter